lunes, 13 de abril de 2009

Oxide Pang Chun y Danny Pang - Muerte en Bangkok

La historia es simple y poco original: Kong (Pawarith Monkolpisit), un solitario asesino a sueldo sordomudo, conoce a una chica empleada en una farmacia de nombre Fon (Premsinee Ratanasopha) y, de ese modo, descubre un mundo cotidiano del que no forma parte.
La narración es lineal, sólo interrumpida por flashbacks referidos a la vida del protagonista, entre los que se destaca el de una agresión sufrida en su infancia, cuando otros niños lo golpean a causa de un prejuicio fundado en su discapacidad, hecho presentado como el motivo de su marginalidad.
El filme tiene un ritmo vertiginoso, en el estilo propio de los videoclips, por ejemplo, en la escena retrospectiva en que su mentor Joe (Pisek Intrakanchit), enseña a Kong el oficio, y muestra cierto abuso de recursos técnicos que, en mi gusto, solo añaden artificialidad al relato
Visualmente enseña colores saturados en luces de neón de bares y locales de striptease de los barrios bajos de Bangkok, espacio para el deambular de Kong.
Los hermanos Oxide y Danny Pang demuestran pulso para contar y solvencia en las escenas de acción, al mismo tiempo que es lograda la caracterización de Kong como un frío asesino profesional en oposición a su lado humano cuando se encuentra en compañía de Fon, por ejemplo, en la escena en que asisten a una función de cine donde se proyecta una película de Charles Chaplin, aún cuando tampoco sea novedoso.