lunes, 14 de septiembre de 2009

Tsai Ming-liang - La nube errante

Tsai Ming-liang, nacido en Malasia, pero de ascendencia china, a los veinte años se mudó a Taipéi, desarrollando su carrera en Taiwan.
En oportunidad de conceder una entrevista con motivo de la difusión de La nube errante, Tsai confesó que no tiene sentido de pertenencia a Malasia o Taiwan, y esa misma falta de integración se manifiesta en sus personajes.
Se acostumbra citar a sus pares: Michelangelo Antonioni; François Truffaut, Jean-Luc Godard, o más propiamente la Nouvelle Vague, entre sus referencias.
Los temas recurrentes de su cine son notorios en La nube errante: la soledad, el aislamiento, la incomunicación en un espacio urbano alienante; representados de forma muy gráfica en esos pasillos fríos, impersonales, inhóspitos de edificios que parecen permanentemente deshabitados de la populosa Taipéi.
En la obra de Tsai existe un profundo cuestionamiento de la idea de progreso.
Dos escenas de sexo desinhibidas son esenciales al filme: la inicial con mucho humor; y la final, penosa y perturbadora.
El agua, elemento esencial en sus películas, a diferencia de su presencia en forma de diluvios en The Hole (1998); aquí es un bien escaso, siendo reemplazado por el jugo de sandía, fruta que es otra de sus figuras habituales.
Es posible reconocer sin esfuerzo sus característicos largos planos fijos, la ausencia de diálogos, una resistencia a la narrativa y el énfasis en retratar la vida cotidiana. Todo matizado con números musicales coloridos, bizarros, kitsch, que ya anticipara en la mencionada The Hole.