domingo, 29 de noviembre de 2009

Antonio Berni

Antonio Berni nació en Rosario en el año 1905 y murió en Buenos Aires en 1981.
Sus padres fueron inmigrantes italianos y desde muy temprana edad manifestó su interés por la pintura.
En 1923 expone por primera vez en Buenos Aires, y en 1925 el Jockey Club de Rosario otorga a Berni una beca para estudiar en Europa, residiendo durante cinco años en París.
Regresa a Argentina en 1930 después del golpe militar que destituye a Hipólito Yrigoyen.
En 1934 pinta con témpera sobre arpillera Desocupados y Manifestación, dos de sus cuadros más célebres.
La obra pictórica de Antonio Berni expresa un profundo compromiso social, firme convicción que lo impulsa a fundar un nuevo movimiento estético.
En sus propias palabras: "El Nuevo Realismo era para nosotros un paso más allá (o más acá), hacia lo inmediato y concreto. No estábamos recusando los aportes innegables del surrealismo; estábamos, en todo caso, rechazando solamente los aspectos meramente psicológicos e individualistas en que se había quedado cierta parte del surrealismo.
(...) La visión surrealista siempre ha tenido alguna vigencia en mi pintura, aún hoy. Lo que pasa es que, como ya dije anteriormente, yo en París vivía en un mundo puramente intelectual. Llego acá y me enfrento con dos realidades: en el orden intelectual, un colonialismo indiscutible que continúa todavía; en el orden sociopolítico y económico, una situación de crisis profundísima. Vos veías en las calles la crueldad palpable de la miseria.
(...) Eso es lo que estaba sucediendo acá y, como yo venía con una carga política, una carga ideológica, no podía dejar de interesarme y conmoverme lo que veía y vivía."

En los años sesenta, Antonio Berni dedica una serie de obras a Juanito Laguna, un personaje de su propia creación que simboliza la niñez excluida en las grandes ciudades de América Latina.
"Yo, a Juanito Laguna lo veo y lo siento como arquetipo que es; arquetipo de una realidad argentina y latinoamericana; lo siento como expresión de todos los Juanitos Laguna que existen. Para mí no es un individuo, una persona: es un personaje;
(...) en él están fundidos muchos chicos y adolescentes que yo he conocido, que han sido mis amigos, con los que me he mezclado, con los que he jugado en la calle. También es una parte de mí mismo; no me identifico ni puedo identificarme totalmente con él, porque yo no fui un niño de las villas miseria; aunque fuera pobre en mi persona real y concreta [es] un símbolo que yo agito para sacudir la conciencia de la gente.
Simpatía claro que le tengo (a Juanito Laguna); compasión, nunca; y quererlo sí, lo quiero.
(...) Juanito Laguna no pide limosna, reclama justicia; en consecuencia pone a la gente ante esa disyuntiva; los cretinos compadecerán y harán beneficencia con los Juanitos Laguna; los hombres y mujeres de bien, les harán justicia. De eso se trata.
(...) Los Juanitos Laguna han enriquecido a mucha gente y también a mí; pero yo no los he explotado, yo estoy reivindicándolos."

Para la realización de las obras referidas a Juanito Laguna se sirve de una técnica que había abandonado a principios de los años treinta: el collage, incorporando los materiales que encontraba en la calle, los desechos que formaban parte de la vida cotidiana en los asentamientos marginales.
Berni lo describe de esta manera: "Hace mucho tiempo, en una de mis caminatas de solitario observador, llegué a una de esas tristes barriadas de los suburbios de Buenos Aires. Así me encontré en medio de una villa miseria, que esa tarde, quizá por un estado anímico especial, me impresionó más profundamente que otras.
Volví a casa y empecé a dibujar. Cuando quise llevar mis apuntes a la tela, me di cuenta de que ni los óleos, ni la témpera, me alcanzaban. No me satisfacían para expresar ese hiperrealismo que me interesaba tratar.
Fue así como descubrí que en los baldíos, en las calles pobres, estaba diseminado, como un decorado patético, todo el material que componía ese mundo. Allí estaban aquellos pedazos de lata herrumbrada, cajones de madera rotos, escobas viejas, chapas alquitranadas... Antes de elegir esos materiales, los sentí, testimonios mudos y aparentemente sin importancia de una terrible realidad. Incorporándolos a las telas, conseguí darle a mi pintura el realismo incisivo que yo me proponía dar, que necesitaba expresar."

Antonio Berni no es un artista más: es un testigo de las crueles realidades vivenciadas en su época, de innegable actualidad; de las inequidades de una economía que no otorga oportunidades iguales y no está interesada en velar por todos; de las injustas condiciones de supervivencia en el costado que no se quiere ver de las ciudades.
Su pintura expone una verdad incómoda, es una iconografía oculta, una denuncia, es la voz de los que no tienen voz: de los desabrigados, de los desamparados, de los que perdieron la fe.
El arte de Antonio Berni recuerda que el anhelo y la obligación de una sociedad no puede ser otro sino salvarse todos.

Referencias bibliográficas:
Pacheco, Marcelo E. (1997) Antonio Berni. Ediciones Banco Velox.
Berni. Escritos y papeles privados. www.paseosimaginarios.com

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