¿Es verdadero aquello de hazte fama y échate a dormir?
La imagen que los demás tienen de nosotros es la que nos sabemos ganar?, ¿tenemos la fama que nos merecemos?
¿O es el producto de una concepción social, una creación de quienes son los formadores de opinión de nuestra reputación?
¿Es posible barajar y dar de nuevo en las relaciones sociales?
Al parecer, construcción individual versus calificación por el grupo dominante es la dicotomía.
Outsiders (1963) es de esas investigaciones que cambiaron el paradigma con respecto a un determinado objeto de estudio, ofreciendo una nueva perspectiva, asomándose a un segmento de la realidad desde otro ángulo, estableciendo un nuevo punto de partida para seguir adelante.
A principios de los '60s, la sociología se preguntaba qué llevaba a una persona a cometer un crimen, transgrediendo las normas aceptadas.
Las teorías históricas investigaban las diferentes causas de las conductas antisociales buscando respuestas en la estructura psíquica del infractor o en su hábitat social.
Las nuevas generaciones de sociólogos reaccionaron a esa visión adoptando una posición crítica: desconfiaron de la administración de justicia por parte del Estado y de que todo delincuente fuese culpable del hecho del que se lo acusaba.
En toda sociedad determinados grupos deciden qué está bien y qué está mal, sancionando a quién se aparta de las reglas fijadas, colocándolo en la posición de un marginal, de un outsider.